Hoy ya no estuve tan contento. Había decidido que al empezar la semana iba a empezar la actividad de conocer Barcelona, lo obligado vaya; museos, iglesias, parques, mercados y demás.
Me desperté a las 9:30 y pensé que era muy temprano así que dije la ya común frase "10 minutos más" y desperté a la 1:30. Me puso de malas y hasta me deprimió un poco. Por varias razones: estoy bastante sensible aunque no quiera darme cuenta de ello, el exceso de sueño siempre hace que uno no esté al 100% y además es algo que no puedo permitir que me pase aquí, esa pereza es algo que he padecido durante mucho tiempo en México y aquí no será bueno en absoluto.
Terminé por no hacer nada interesante salvo ir a conocer mis escuelas. Eso sí estuvo bueno. Son totalmente opuestas; una es pequeña y muy acojedora, se siente un ambiente de trabajo, de complicidad y de grupo cosa que me parece fundamental en el trabajo teatral, y me enteré de que voy a tomar el curso con gente de Barcelona, de Mallorca, de Francia, de Australia y no sé de dónde más. La otra, tiene súper buenas instalaciones y parede ser una escuela más enfocada a crear actores para teatro, cine, tv, etc. También me gustó, además de que estoy seguro de que lo mejor será la maestra y el curso. La gente que me ha atendido ha sido muy amable y atenta por lo que me siento muy agusto con las dos escuelas.
Ví a Fabián, está muy bien. Estuvimos en la galería en la que trabaja su novia, que por cierto está increíble.
Otra vez tenía ganas de salir pero el hecho de salir a gastar euros a un bar en donde tal vez no conozca a nadie y estando tan cansadao de caminar todo el día me hizo regresarme a mi casa de nuevo.
Cuando estoy fuera pienso que no quiero ir a casa, me siento solo, hace un calor de la chingada y está tan lejos que no es fácil salir y regresar al poco tiempo, pero me acostumbro cada vez más a disfrutar estar aquí (aunque existe el riesgo de disfrutar esto para quedarme enclaustrado y no salir a conocer).
Receta para hacer de una fácil pasta, una mierda:
1.- Hacerle caso a tu prima cuando te dice que la estufa eléctrica (concepto que en México francamente no existe) debe estar siempre puesta a la mayor potencia.
Es la manera perfecta de hacer que unos ricos ajos, que eran lo único que había para darle sabor a las cosas, se pongan absloutamente negros un segundo después de haberlos echado a la sartén.
2.- Ponerse nervioso por dicho accidente y vaciar rápidamente la salsa de tomate para que se mezcle con los "ajos" y el aceite.
NOTA: Muy importante hacer esta acción sólo usando boxers, así, dejará todo su cuerpo como recién pasado por una varicela o sarampión...lleno de hermosas manchas rojas, producto del aceite hirviendo en todo el cuerpo.
3.- Echar la pasta a hervir y nunca moverla nada, de esta forma todos los tallarines se pegarán y harán una gran masa incomible.
4.- Elimine de su alacena todo tipo de condimento como: caldo de pollo, sal, pimienta y demás cosas que puedan hacer que su pasta sepa bien.
5.- Disfrútel, porque a fin de cuentas, usted la hizo.